La destrucción de la bahía y el puerto de Portmán,
al sur del municipio de La Unión, ha sido uno de los mayores atentados ecológicos
del Mediterráneo.
Desde los inicios de su explotación, en 1957, de las piritas de la Sierra Minera,
la compañía Peñarroya-España produjo enormes cantidades de escombros minerales,
resultado de los métodos de extracción a cielo abierto que utilizó como forma de
abaratar costes. Se han calculado en unos 315 millones de toneladas de estériles
minerales entre 1957 y 1987, fecha de cierre de las explotaciones.
En los primeros momentos, esos escombros eran depositados al pie de las canteras,
formando grandes terreras, pantanos, etc, que han destruido el paisaje original de
la Sierra.
Sin embargo, el problema mayor provino de los residuos procedentes del lavado de
los materiales para la obtención del mineral. Por su fluidez y volumen, era muy
caro depositarlos en balsas o pantanos.
En 1965 comenzaron a notarse los efectos de los vertidos. La propia empresa admitió
internamente que la bahía de Portmán sería colmatada en poco tiempo, y que sería
necesaria una nueva estrategia para continuar deshaciéndose de los estériles en el mar.
La solución que encontraron fue la de plantear la irrelevancia de Portmán como puerto.
A partir de 1980 la presión social, vecinal y periodística aumenta.
Incluso en 1986 se produce una espectacular acción de la asociación ecologista
internacional Greenpeace, encadenándose algunos de sus miembros a las tuberías de vertido.
Sin embargo ya es tarde.
El 20 de septiembre de 1988 Peñarroya da la espantada. Cede todos sus derechos mineros y
propiedades a la empresa Portmán Golf, y desaparece de la escena. Se da la paradoja de que
a partir de este momento, esta nueva empresa presionará para que la administración recupere
con fondos públicos la bahía, y posteriormente, recalifique como urbanos los terrenos
circundantes, en su gran mayoría propiedad suya.
Hoy en día, tras años de lucha y reivindicaciones de vecinos, amigos, ecologistas y prensa.
Se ha logrado la Regeneración Bahía de Portman, aún queda por hacer. Pero el hecho innegable
de la recuperación se va viendo día a día.